Te sueño

Mi dolor se hará arte y de mi agonía mi éxito saldrá. 

¿Recuerdas cuando hablábamos todas las mañanas de lo que habíamos soñado? Siempre te contaba a detalle mis sueños. Sueños extravagantes, exóticos, extraños; sueños que te hacían reír. Un día me preguntaste ‘¿sueñas conmigo?’ y la respuesta era un no. Y me parecía raro, no soñar con la persona que más amo. Esa persona que todos los días me llenaba de alegría, tristeza, dolor, amor. No soñaba nunca contigo.

Había días que me forzaba a soñarte, a quererte en el mundo mágico de mi cabeza. Habías veces que le decía a mi inconsciente ‘suéñale’. Le rogaba todos los días que te piense al menos una vez durante cinco años. Nunca pude, no lo logré. ¿Te defraude? No lo creo. Cada vez que te contaba que soñé una cosa estúpida, tu maldita risa me encantaba. Tu voz, tus gestos, tu todo.

Ahora es todo lo contrario. He tenido días en donde lo único que le pido a mi cabeza es que no te sueñe. No quiero soñarte ahora, ahora que te fuiste, que me dejaste, que me abandonaste. He soñado que estás con alguien más, que ya no me necesitas, que me hablas, que me escribes solo para contarme que estás bien sin mí. Sin mí.

Corro, en todos los sueños corro hacía ti, para decirte ‘no me dejes’. Donde te abrazo, donde mis brazos se convierten en cadenas para estar juntos toda la eternidad. Pero, cada vez que me acerco y te tomo entre mis frágiles y rotos brazos, tú quemas. Quemas todo lo que siento por ti. Siento que ya no me perteneces. Que simplemente dejaste de ser tú. No, no dejaste de ser, dejamos de ser esa pareja que siempre habíamos sido durante mucho, mucho tiempo.

Todas las noches desde que te fuiste me despierto sudando frío. Queriendo que estés a mi lado y que digas ‘Amor, es todo un sueño. Sigo contigo’. La peor parte de todo esto, es que no estás a mi lado cuando despierto llorando. Sufriendo, gimiendo. No estás, no estás cuando en verdad quiero que estés.

Apenas me doy cuenta que ya no está tu cuerpo, tu alma, tu corazón. Me acuesto, las lágrimas caen. Mis mejillas están mojadas, mis orejas llenas de ese líquido salado. Y mi corazón se rompe una vez más en cada despertar.

Hay días en los cuales sueño que estamos bien, quisiera quedarme allí. Viviendo los sueños que alguna vez nos susurramos a los oídos mientras nuestros cuerpos se unían en la oscuridad de la noche. Hay días que quisiera vivir en mis ideas donde estás, donde estamos, donde vivimos. Pero no. Tengo que despertar volver a sufrir, vivir la agonía que tengo que soportar desde ahora y para siempre. Por los siglos de los siglos. Amén.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s