Hace seis años lo conocí, estaba sonriendo, parado en aquella estación. Ambos sentíamos nervios, él llevaba su guitarra y yo a duras penas unas galletas. Conversábamos, reíamos, lográbamos hacer lo que muchas personas lo viven y otras lo sueñan. Hace seis años sonreía pensando que sería eterno, cuando la verdad fue volátil. Empezamos con una canción, en una hora que se hizo especial conforme pasaban los años.
Todos pensamos que el amor es eterno y lo pensamos más cuando es el primero, hace seis años pensé que la vida me había dado una hermosa razón por la cual sonreír y vivir. Hace seis años comenzó todo. Hace seis años algo inicio hermoso y termino como un libro de muerte y destrucción.
Escribo esta carta para decirme a mí mismo, el amor se fue, cambiaron, la sonrisa que tenía para ti ya no está. Sé fue, duele admitirlo, duele asimilar que la vida nos quiso alejar. Pero, hace seis años no salías y sonreías por las personas que te aman. Te lo voy a confesar, me dolió verme al espejo y tratar de sonreír sin él. Pero ahora me alegro, río, sonrío con más ganas porque hace siete meses conociste a una familia, que te abrazó, que te mimó y te seguirá amando porque en poquito tiempo ellos decidieron tomar tu mano, secaron tus lágrimas y te enseñaron el valor que tú tienes para muchas personas.
Es verdad, hace 6 años lo conociste. Pero ahora estás conociéndote, mimándote y sorprendiéndote de lo grande que eres, Paúl Jaramillo.
No bajes los brazos, no dejes de sonreír, no dejes de amar como tú sabes hacer.