A dos semanas de que mi relación de cinco años terminará he escuchado muchas palabras de amigos, conocidos, desconocidos y terapeutas. Desde ‘no merece tus lágrimas’ hasta ‘valórate’. He comido tantas palabras, tantos consejos, tanta mierda. Son dos semanas de que el amor se fue, de que me dijera cualquier tipo de palabras hirientes y desagradables. En todo este tiempo he llegado al punto de no aguantar.
He llorado, he gritado, he generado ataques de ansiedad todo el día, todas las horas, cada minuto. Aparece mi ex en mis sueños, cuando cierro los ojos, cuando mi corazón palpita. Recuerdo tras recuerdo mis ojos se llenan de lágrimas y de desorden. Mi boca susurra ‘¿Qué me hiciste?’ y no de una forma de reproche, sino de la forma más tierna del mundo. No sé que me hiciste, cómo llegué a este punto de quererte y odiarte. De no saber a donde voy ni de donde vengo.
Todas las personas me dicen que te supere. Y yo me pregunto, ¿qué saben ellos de superar? ¿Cuánto tiempo me va tomar olvidar tu nombre? ¿Cuántas noches voy a llorar hasta que tu recuerdo deje de doler? Y sí, he llegado al punto de pensar que moriré soñándote cada día, cada hora, cada momento. ¿Es ridículo? Claro, tal vez pasarán las noches y los días. Llegarán las lágrimas y las sonrisas. Y en un momento, lejano por supuesto, dejaré de amarte y solo quererte, llegaré a tener ese recuerdo como los momentos más felices de la tierra, de mi tierra.
Y ahora, lo que escucho cada día, cada hora, cada segundo es: ‘valórate’. Valorar mis sentimientos, mi vida, mi compleja existencia. Valorar qué, si cada vez que te sueño despierto me humillo a mi mismo. Me grito y digo ‘¡Qué diablos piensas!’. Llegué al punto de no saber si te odio, si te amo, si te dejo o si me dejo morir. Morir en recuerdos que aparentemente son felices, son instantes que viví con el ser amado, con mi ser amado.
Y no, no quiero que esta carta sea para convencerte de volver. Más bien, si llegas a leer esto, quiero que sepas que estoy muriendo, no en una etapa de agonía, sino en una etapa donde muere el yo que te amo. Estoy en un momento en el cual, yo estoy solo. Puede que tenga amigos a mi lado, las terapias van bien. Pero, necesito matar a este yo que te extraña, que anhela verte a mi lado, tengo que asesinar brutalmente a este yo que aún tiene la esperanza de que vuelvas, de que lo llames, de que le hagas el amor otra vez.
Y muere lento, está muriendo. Espero que muera pronto, para poder ocupar ese lugar, un nuevo yo. El yo que te extrañará, pero pensará en él antes que a ti. Quiero que ya venga ese yo, porque el yo de ahora muere y duele ver como muere lentamente.
Si estás leyendo esto, te amo. Pero debo amarme yo primero.